20 de mayo de 2012

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[Y sigo con el tema anterior] De a poco me voy acostumbrando a que las cosas no son cómo las imagino.
Es verdad que me hago mala sangre por estupideces muchas veces, pero no puedo evitar tener enormes expectativas y jugarme por las cosas, que no salgan cómo me las había planteado y sufrir. 
Me anticipo a todo. Antes de que pase algo yo ya gasto energías haciéndome la cabeza con el tema, yo dentro de mí inconsciente ya armé TODO, cómo si fuera una novela. Obvio, después me quiero matar.
Creo que una de las soluciones a ese problema es mantener la cabeza ocupada; porque son esos putos espacios libres los que me dejan el camino libre para idealizar mi vida y su entorno.